Iniciamos el año con subidas generalizadas de precios en transportes, electricidad, gas, gasolinas, bebidas, café… Nuestros dirigentes dicen que son subidas urgentes y necesarias frente a la situación crítica a la que nos arrastra la crisis económica.
El pasado año, por igual razón, se tomaron otras medidas también necesarias y urgentes como el recorte de salarios, la congelación de pensiones, etc. que provocaron la convocatoria de movilizaciones por el más que evidente descontento de la población. La clase trabajadora viene observando perpleja como suben los precios en la mayoría de los productos que habitualmente consume mientras sus salarios se ven recortados. Vemos que el rico cada día se hace más ricos y el pobre cada vez más pobre. Aún recuerdo, hace pocos años, cuando se hablaba de la distancia entre países ricos y países pobres (norte-sur), y los que vivíamos en “los ricos” observábamos como se cometían injusticias sociales y se pisoteaban los derechos humanos en los países más pobres del planeta, al calor del capitalismo. Hoy, el capitalismo más salvaje, busca nuevos nutrientes y no se detendrá ante nada ni nadie, busca enriquecimiento a cambio de pobreza; cada día necesita más y más, y devorará todo a su paso, para lo que recortará derechos, prestaciones y cuantos servicios públicos pueda. Si los capitalistas detectarán que nuestro sacrificio es pequeño el castigo será aún mayor.
Cabría preguntarse ¿Qué hacemos? ¿Cómo actuamos? ¿Cómo nos movilizamos? La apatía se instala en nuestras vidas cada día.
Hoy sale en la prensa que “la mayoría de españoles cree que las pensiones y el paro empeoraran en 2011”, menudo futuro.