Lecturas

domingo, 14 de febrero de 2021

Péndulo

La historia de los servicios sociales en España no se entiende sin la aportación del trabajo social. Los servicios sociales son el campo de trabajo del colectivo por excelencia muy por encima del de salud, justicia,  educación… y dentro de este  mayoritariamente en centros públicos (CGTS, III ISSE, 2019).  

La crisis de 2008 nos trajo la contención del gasto y un dramático recorte en servicios públicos, servicios que sustentan nuestro Estado de Bienestar, entre ellos los servicios sociales. Estos recortes provocaron una escasez de recursos humanos, técnicos, financieros… en unos momentos en que la demanda ciudadana de servicios sociales aumentaba, llevando al sistema a un encallamiento.

Desde el inicio de la crisis las y los profesionales del Trabajo Social de los servicios sociales se ven movidos como un péndulo en su proceso de intervención que va desde el compromiso con los derechos sociales de las personas, grupos y comunidades como motores de transformación a formas de intervención de carácter benéfico-asistenciales en las que la persona pierde su condición de ser en potencia para convertirse en ser pasivo, lo que nos lleva a tiempos pasados y oscuros de la acción social.

La aparición de las últimas leyes de servicios sociales, en las que se contempla al Trabajo Social como la profesión de referencia del Sistema Público de Servicios Sociales, provoco en su momento cierto grado de euforia contenida en el colectivo por el reconocimiento a la labor de décadas de esfuerzos para sacar adelante al sistema. Pero también, nos hizo reflexionar sobre la necesidad de revisar nuestra intervención para volver a centrarnos en las personas, los grupos y las comunidades como ejes de cambios, y unido al desarrollo de los derechos sociales nos posibilitará superar la travesía pendular en la que nos encontrábamos desde 2008.

Pero sin avisos previos, en 2020 aparece la pandemia provocada por un virus que provoca una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes que ha hecho añicos nuestra leve euforia. La realidad se impone y su crudeza nos da un baño de realidad. Estupefactos comprobamos que la atención a la necesidades más básicas, aquellas que son de subsistencias, se convierten en nuestro principal objeto de intervención.

La emergencia social nos aleja de parte de nuestras funciones para centrarnos en la pura gestión y tramitación de ayudas, lo que puede estar provocando que otras profesiones que comparten el campo con el Trabajo Social estén empezando a asumir funciones e intervenciones que hemos ido dejando de hacer aún cuando siguen siendo necesarias. Es por ello, que debemos pensar que nosotros no podemos resolver el problema de la pobreza, pues es un problema que tiene raíces mucho más profundas.

Hace unos días en el programa de la ser A vivir que son dos días (7/Febrero/2021) una compañera Trabajadora Social decía algo así como que lo de Asistente Social quedaba lejos y que hoy de lo que tenemos que hablar es de Trabajo Social. Pero también es necesario pensar que quien olvida su pasado y desanda su presente puede perder la perspectiva de futuro.

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