Lecturas

domingo, 15 de noviembre de 2009

Realidades del Trabajo Social


Cuando pienso en el tiempo transcurrido desde mis primeros escarceos amorosos con el Trabajo Social, y en el día a día de mi trabajo con la realidad, no tengo más remedio que reconocer que seguimos chocando con barreras sociales, políticas, corporativas y administrativas, o al menos a mí me lo parece.

De una profesión casi marginal al reconocimiento universitario. En todo el camino recorrido hasta hoy es curioso comprobar como otros profesionales se han autoproclamado y autoproclaman poseedores de mayores y mejores conocimientos, por su titulación superior, sus licenciaturas. Por tanto, en mejor disposición para estar en los espacios de toma de decisiones que en definitiva vienen a ser los de poder. Esto en detrimento del colectivo de Trabajado@s Sociales que a nivel formativo están mejor formados y con diferencia en materias como pueden ser los servicios sociales. Aquí el saber o la ciencia esta en segundo plano, lo importante es el poder dentro de las instituciones. Sin embargo, deberían ser las problemáticas y necesidades sociales el eje central de cualquier actividad institucional, en definitiva la atención al ciudadano y a la persona en su máxima expresión ante cualquier infortunio que le pueda acaecer.

En el marco de Bolonia la Diplomatura de Trabajo Social dejará de existir para convertirse en grado. Grado que compartiremos con el resto de titulaciones oficiales y que nos llevará a situarnos en posición de igualdad frente al resto. Pero, es cierto, que los esfuerzos a realizar por el colectivo deberán ser mayores pues el punto de partida es diferente, éste será un esfuerzo intrínseco al desarrollo propio como profesión. Es decir, ya sólo nos queda avanzar por los caminos del conocimiento y la práctica profesional sin trabas y sin ser considerados segundones de todo y de nada.

Atrás quedan las luchas de nuestras más veteranas compañeras empeñadas porqué la profesión no fuese encasillada en los estudios de formación profesional. Atrás quedan las luchas para el reconocimiento Universitario. Y todo gracias al esfuerzo del colectivo de Trabajador@s Sociales que hoy vemos el futuro con mayor claridad.

1 comentario:

adelate dijo...

No solo a ti te lo parece. L@s profesionales del trabajo social vemos día a día las incongruencias del sistema. Nos encontramos con encargos y directrices impuestas desde puestos superiores, donde incluso la valoración de l@s trabajadoras/es sociales queda relegada o incluso suprimida por exigencias administrativas, pero claro, si en dichos puestos donde hay que defender los fundamentos y principios básicos de nuestra profesión no estamos representados…en mal camino estamos.

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