Lecturas

viernes, 27 de marzo de 2020

Servicios Sociales Esenciales

El gobierno ha decretado que los trabajadores y trabajadoras de los servicios sociales son esenciales frente a la crisis sanitaria que padecemos. Para quien lo desconozca, el Sistema Público de Servicios Sociales se organiza, al igual que el sistema público de salud, en dos niveles de atención, un primer nivel llamado comunitario y considerado la puerta de entrada al sistema (competencia de las administraciones locales) y un segundo nivel denominado especializados (competencia de las Comunidades Autónomas).

En 2018 publique en la revista TSDifusión nº128 un artículo, con el título Los Servicios Sociales Comunitarios en la Encrucijada, en él expresaba mi estado de vértigo debido a la aprobación de la nueva ley de Servicios Sociales de Andalucía de 2016, después de más de treinta años de su antecesora de 1988, primera ley de servicios sociales que se aprueba en España coincidiendo con la salida de la crisis de 2008. Una crisis económica que produjo una crisis política y de valores importante, pero que derivó en una crisis social que se cebo con los sectores de población más débiles y vulnerables, entre ellos los menores, las personas mayores, las mujeres o los inmigrantes. A estos sectores de población sólo les quedó los servicios sociales como último recurso. Pero se encontraron unos servicios sociales debilitados tras los brutales recortes sufridos durante la crisis, y que debido a esos recortes en estos momentos se encuentran en una situación de debilidad para afrontar la nueva crisis que se avecina tras la crisis sanitaria.

El Estado de Bienestar se ha de sustentar en cuatro pilares básicos que son la sanidad, la educación, la garantía de ingresos y los servicios sociales, pero tienen que ser pilares de responsabilidad pública. Estos cuatro pilares son los que más han sufrido los recortes presupuestarios por la idea de la contención del gasto público, disminuyendo su capacidad en la atención a las necesidades de la ciudadanía, con el consiguiente impulso de lo privado por aquello de su mayor eficiencia económica, eficiencia que se ha demostrado falsa.

La pandemia del coronavirus nos esta permitiendo ver la situación tan deficitaria que arrastran los servicios públicos del bienestar, y que hoy empezamos a comprender, por fin, que son esenciales para el conjunto de la ciudadanía sin ningún tipo de exclusión.

El Sistema Público de Servicios Sociales es el más joven de los cuatros que sustentan el Estado de Bienestar, ni  la Constitución los contempla, salvó al mencionar a la tercera edad y lo hace en un sentido amplio. Hoy nos acordamos de las residencias, de la dependencia y la atención domiciliaria, también de las personas sin hogar y de los menores que no tiene cubiertas sus necesidades alimentarias, de la violencia de género en periodo de cuarentena… pero los continuos recortes en  en recursos humanos, materiales, técnicos y financieros unido a la falta de una ley marcó que establezca  unos mínimos de atención en todo el estado, están asfixiando al sistema y lo están llevando hacia intervenciones de tipo caritativas-benéfico-asistenciales de carácter puntual, olvidando a las personas y sus derechos e imposibilitando una adecuada atención a sus necesidades sociales. Y ante la crisis provocada por el coronavirus esta colapsando muchos de los servicios básicos del sistema de servicios sociales. 

Por tanto, es necesario y de interés general, acometer políticas que apuesten de verdad por unos servicios públicos de calidad, de entre los cuáles se encuentran los servicios sociales.

Pd. además, es necesario y urgente la implantación de una renta social de ámbito nacional que sustituya las distintas rentas mínimas existentes en las comunidades autónomas, que sirva de barrera para hacer frente a la crisis social que se vislumbra tras la pandemia sanitaria.

viernes, 13 de marzo de 2020


La epidemia-pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia que el individualismo promovido por un capitalismo salvaje no es buen compañero de viaje para la sociedad en su conjunto, al igual ,lo es para un reducido grupo de pudientes en busca de enriquecimiento. En nuestro país, la pandemia pone sobre la mesa la necesidad imperiosa de disponer de un sistema público de salud fuerte que puede hacer frente a esta crisis y otras que puedan venir en el futuro. Sin embargo, en estos últimos años, bajo la recesión y el temor al gasto excesivo, los gobiernos han ido recortando día tras día recursos (humanos, materiales, financieros...) en los sistemas públicos de salud, educación y servicios sociales, pilares básicos de nuestro Estado de Bienestar.  

Como es posible, que hoy algunos hablen de robusted de nuestro sistema público de salud a pesar de los brutales recortes sufridos. Cuando hablan de robusted no parece que incluyan a las compañías privadas de salud que han proliferado como “campos de champiñones” en detrimento de lo público y que hoy da la espalda a la epidemia/pandemia. Los medios de comunicación deberían hablar en estos días y en los venideros de la necesidad imperiosa de contar con sistemas públicos fuertes que sustenten nuestro Estado de Bienestar, para ello sería necesario dotarlos de recursos suficientes, adecuados y de manera permanente para que puedan protegernos ante cualquier adversidades que se pueda en el futuro. La pandemia confirma que lo privado no nos protege ante la adversidad de un pueblo.

El neoliberalismo nos conduce a una sociedad más individual, más desigual e injusta, una sociedad en estado de riesgo permanente. Hoy me pregunto si en un futuro no muy lejano seguiremos en esta dirección delirante o rectificaremos como pueblo tomando el camino de una sociedad más solidaria, más igualitaria y más justa que la que estamos construyendo. 

domingo, 1 de marzo de 2020

Contra el Capitalismo Salvaje de Bernie Sanders

Berni Sander es uno de los candidatos del Partido Demócrata  a la presidencia de los EEUU. Son numerosos sus detractores tanto de su propio partido como del Partido Republicano que le consideran un extremista de izquierdas por sus propuestas. Sin embargo, en las últimas semanas está movilizando a una parte muy importante del electorado americano, y se empieza a hablar de un emergente movimiento social.

El libro describe de manera sencilla su pensamiento y sus propuestas de gobierno para la mejora de las condiciones de vida del pueblo americano. Nada extremista en su pensamiento, más bien un socialdemócrata que podría llegar a ser un excelente presidente para el pueblo americano, no para los grupos de poder capitalistas.

Un libro recomendable y de fácil lectura para comprender un poco más la realidad del pueblo americano.

Reseña del libro: Silencio administrativo de Sara Mesa

La autora (Sara Mesa) se adentra en los laberintos administrativos del Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía. Para ello ayudará a una mujer (persona sin hogar) en los trámites para obtener la prestación de  Renta Mínima de Inserción Social de Andalucía (REMISA). Prestación económica garantizada que desde enero de 2018 sustituye  al  Programa de Solidaridad de los Andaluces para la erradicación de la marginación y la desigualdad en Andalucía aprobado en 1999 (conocido como Salario Social).


El libro describe, de forma clara y concisa, el procedimiento y sus innumerables obstáculos en la tramitación de la prestación para una persona sin hogar. Es un libro muy recomendable para los profesionales que trabajan en el Sistema Público de Servicios Sociales, pues nos presenta la renta mínima desde una visión externa al propio sistema, además de estar redacta de forma brillante.

En cuanto, a los “peros” de la obra. Lo primero que me rechina es como encuentra a la persona y decide acompañarla (“tirada” en la calle en los prolegómenos de las navidades, solidaridad y al apoyo del desvalido en fechas tan señaladas). Lo segundo, la crítica demoledora a profesionales y centros (demasiado concretos), como sabemos desde el inicio de la crisis en 2008 el Sistema Público de Servicios Sociales se ha deteriorado hasta proporciones dramáticas, tras recortes presupuestarios continuos. Que entre otras consecuencias tenemos la sobrecarga en las y los profesionales por las escasas plantillas existentes en el sistema y por su continua reducción sin visos de solución. Me hubiese gustado percibir más la reivindicación de unos servicios públicos y de las personas que trabajan en él.

Recomiendo su lectura para la reflexión y el debate.

SERVICIOS SOCIALES O ASISTENCIALISMO

  Los profesionales que intervenimos en el campo de los servicios sociales desde hace años, deberíamos tener claro que estos no van a sacar ...